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Una nueva era en salud y bienestar

¿No es realmente sorprendente que tanto la planta de cannabis como nuestro cuerpo produzcan cannabinoides? Los que produce el cuerpo se llaman endocannabinoides. Actúan como mensajeros al fijarse en receptores dentro del sistema endocannabinoide o ECS, para abreviar. La forma en que actúan los cannabinoides en el SEC tiene mucho que ver con la optimización de la salud humana. Los endocannabinoides tienen la capacidad de controlar la salud humana por sí solos, ¡pero la planta de cannabis puede ayudar! Debido a que la planta de cannabis también produce cannabinoides que hacen lo mismo que los endocannabinoides, el SEC esencialmente proporciona al cannabis una ruta directa al funcionamiento interno del cuerpo humano. Al interactuar con receptores distribuidos por todo el ECS, los fitocannabinoides del cannabis pueden influir en una cantidad impresionante de procesos fisiológicos, que van desde la percepción del dolor y la respuesta inmune hasta la regulación del estado de ánimo, el apetito y mucho más. Hoy, preparamos el escenario con una descripción general y un descubrimiento histórico de un sistema corporal que ha sido parte integral de la salud humana durante milenios: el ECS.

El sistema endocannabinoide y sus receptores

El Sistema Endocannabinoide (ECS) mantiene nuestros cuerpos en equilibrio u homeostasis. Consta de dos tipos principales de receptores: CB1 y CB2. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el cerebro y el sistema nervioso central. El THC, el cannabinoide más conocido e incomprendido, se une a los receptores CB1 y produce el "subidón" comúnmente asociado con el consumo de cannabis. Sin embargo, la unión del THC al CB1 también desencadena varios efectos beneficiosos, como el alivio del dolor y la relajación muscular.

Los receptores CB2 se encuentran principalmente en órganos periféricos y células inmunes. La unión del THC al CB2 ayuda a reducir la inflamación y aliviar el dolor crónico. Si bien ambos receptores manejan funciones corporales importantes, sus interacciones con el THC tienen efectos variables. Aquí está el problema: los receptores primarios no son las únicas estrellas del espectáculo ECS. El SEC es un sistema grande, interactivo y complejo con muchos otros receptores a los que los cannabinoides pueden unirse selectivamente, incluidos muchos receptores a los que las compañías farmacéuticas se han dirigido durante años.

Los cannabinoides tienen una amplia gama de efectos en el cuerpo y no es exagerado decir que son increíblemente valiosos. La planta de cannabis es "polifarmacológica", lo que significa que sus cannabinoides actúan en varias partes de nuestro cuerpo de diferentes maneras, ofreciendo una amplia gama de beneficios para la salud.

Revisemos

El cannabis es un excelente ejemplo de planta con muchos compuestos bioactivos activos. Desafortunadamente, sólo dos, el THC y el CBD, son bien conocidos por el público en general. Los cannabinoides realizan múltiples tareas al interactuar con una amplia gama de objetivos biológicos en el cuerpo. Este tipo de versatilidad es buena para pacientes que padecen enfermedades crónicas. Por ejemplo, un paciente con dolor típico también puede sufrir inflamación, ansiedad e insomnio. Los cannabinoides pueden activar varios receptores y vías para aliviar todos estos síntomas a la vez. A pesar de un potencial tan significativo, el cannabis sigue siendo una opción de salud y bienestar poco apreciada. ¿La razón principal? La gente suele malinterpretar el THC.

El cannabis brinda a la ciencia médica la oportunidad de repensar nuestro enfoque para el tratamiento de enfermedades crónicas. En lugar de depender únicamente de agentes farmacológicos únicos, que a menudo requieren una pastilla diferente para cada síndrome, las personas pueden encontrar valioso explorar el cannabis. Este enfoque podría potencialmente reducir la cantidad de medicamentos necesarios, simplificar los planes de tratamiento y mejorar la calidad de vida general. Las terapias con cannabinoides tienen ventajas que van más allá del THC y el CBD. Una vez que se comprende esto, surge una conversación más amplia sobre cómo se puede utilizar el cannabis junto con la medicina convencional o como alternativa a ella (naturalmente, bajo la supervisión de un proveedor).

Pastillas de una sola bala versus cannabis polifarmacológico

Los medicamentos de un solo objetivo, a menudo aclamados como "balas de plata", hacen un trabajo sorprendente cuando se trata de cuidados intensivos y emergencias. Activan solo una vía o receptor específico con precisión, brindando un alivio rápido y decisivo. Sin embargo, cuando se trata de enfermedades crónicas, estos medicamentos de un solo objetivo pueden causar más daño que beneficio. ¿Por qué? Porque a menudo alteran el equilibrio natural del cuerpo, provocando efectos secundarios no deseados que a veces son peores que la afección que intentamos tratar.

¡Entran los cannabinoides! Estos compuestos versátiles pueden interactuar con múltiples vías y receptores simultáneamente, ofreciendo un efecto terapéutico más equilibrado y eficiente. Para enfermedades crónicas, donde los productos farmacéuticos tradicionales pueden ser insuficientes, o para medidas preventivas de salud, los cannabinoides brillan. Proporcionan un enfoque holístico que trabaja con los sistemas del cuerpo en lugar de alterarlos.

Con la orientación de especialistas en medicina del cannabis e integrados en un plan de atención primaria, los beneficios potenciales del cannabis se convierten no sólo en una posibilidad, sino en una realidad que cambia la vida. Sin embargo, para integrar el cannabis en la práctica médica convencional es necesario abordar conceptos erróneos. Uno de los mayores obstáculos es comprender la ciencia detrás de cómo interactúa el cannabis con nuestros cuerpos. Aquí es donde el estudio del sistema endocannabinoide (SCE) resulta invaluable.

El papel del ECS en aplicaciones terapéuticas

Como veterano de 20 años en la industria de la salud, me maravilla la complejidad bioquímica del cuerpo humano. Las enzimas impulsan el metabolismo, las señales eléctricas se traducen en sustancias químicas que facilitan la comunicación entre los neurotransmisores y las células cerebrales. Las hormonas regulan procesos como el crecimiento y el estado de ánimo. Estos ejemplos proporcionan sólo una breve visión de la complejidad del cuerpo humano, porque se estima que billones de reacciones bioquímicas ocurren dentro de nuestras células durante un período de 24 horas.

El SEC es parte de una compleja red de interacciones biológicas que se encuentran en casi todos los órganos, células y glándulas del cuerpo humano. La participación del SEC en casi todas las funciones corporales esenciales subraya el potencial terapéutico del cannabis para mantener estable y equilibrado el entorno interno del cuerpo. El ECS ayuda a regular diversas funciones como el estado de ánimo, el apetito y el sueño, garantizando que todo funcione sin problemas. Cuando usted se siente equilibrado y saludable, a menudo es porque su ECS está haciendo su trabajo para mantener la homeostasis bioquímica. El papel crucial del ECS en el mantenimiento del equilibrio interno naturalmente lleva a preguntas sobre su descubrimiento y cómo un sistema tan integral fue pasado por alto durante tanto tiempo.

Todo empezó con el THC

En 1964, Raphael Mechoulam, el fundador de la investigación sobre cannabinoides y endocannabinoides, y su equipo de investigadores israelíes, aislaron el THC del hachís libanés que le dio la policía israelí. Queriendo demostrar definitivamente que el THC era el intoxicante del cannabis, preparó un pastel con el aislado e invitó a su apartamento a diez amigos que nunca habían probado el cannabis.

Los dividió en dos grupos y le dio a uno de ellos el pastel con THC. El grupo de control comió pastel sin THC.

Las reacciones fueron variadas: algunos se sentían como si estuvieran en otro mundo y solo querían relajarse, mientras que otros no sentían mucho, a pesar de charlar sin parar. Una persona no podía parar de reír y otra se sentía bastante ansiosa y emocionada. Más allá de confirmar que el THC es el compuesto psicotrópico del cannabis, estas variadas respuestas también demostraron que el THC afecta a cada persona de manera diferente.

El aislamiento e identificación del THC en el apartamento de un investigador israelí en 1964 fue la chispa que, aunque muchos años después, resultó ser el nacimiento de la investigación sobre los cannabinoides. Sentó las bases para nuestra comprensión actual del ECS y su profundo impacto en la salud humana. Sin embargo, el ECS no fue identificado hasta casi 30 años después del avance del THC de Mechoulam, ya que había bastantes barreras para el cambio.

Barreras al cambio

¿Por qué pasaron casi 30 años más entre el aislamiento del THC y el descubrimiento del SEC? Bueno, había barreras sociales al cambio, como el estigma, políticas estrictas sobre drogas, percepciones públicas negativas y falta de financiación científica para los compuestos relacionados con el cannabis. Igual de importante es que los investigadores de aquel entonces no contaban con la tecnología ni las herramientas avanzadas que tenemos hoy. Los equipos y métodos disponibles en ese momento no eran lo suficientemente buenos como para revelar la naturaleza compleja de las interacciones entre el SEC y los cannabinoides. Afortunadamente, el equipo israelí perseveró, porque del trabajo inicial de Mechoulam sobre el THC surgió la comprensión integral del ECS que tenemos hoy. Todo comenzó con una investigación fundamental muchos años después de que se dilucidara el THC.

La investigación fundamental

El conocimiento que tenemos sobre el SEC moderno comenzó con esta pregunta fundamental a finales de los años 1980: ¿por qué existen receptores compatibles con el THC en el cerebro humano? Normalmente, si el cerebro tiene receptores para moléculas externas, significa que el cuerpo puede producir su propia versión de esas moléculas. Esta pregunta desencadenó el experimento que condujo a la identificación del primer endocannabinoide, la anandamida, en el cerebro humano. En ese momento, los avances en las herramientas científicas permitieron a los investigadores iluminar las células cerebrales (neuronas) dentro de sus circuitos neuronales para observar sus funciones con mayor detalle. Estas herramientas avanzadas revelaron el amplio alcance de los receptores endocannabinoides, no sólo en el cerebro sino en todo el cuerpo, mostrando claramente los diferentes receptores que los endocannabinoides podrían activar.

Estas herramientas iluminaron, de forma bastante literal y exhaustiva, cómo interactúan los cannabinoides en el cuerpo. El siguiente paso crucial fue determinar las razones detrás de estas interacciones. Creo que el descubrimiento del ECS, un sistema corporal que nos ha acompañado a lo largo de la evolución humana, es revolucionario y presagia una nueva era de salud y bienestar, debido al potencial terapéutico de los cannabinoides.

Conclusión

El viaje comenzó con el aislamiento del THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis, por parte del Dr. Raphael Mechoulam y su equipo pionero en la década de 1960. Este avance monumental encendió una llamarada de curiosidad científica, que finalmente condujo al descubrimiento revolucionario del Sistema Endocannabinoide (SEC) a principios de la década de 1990. Sorprendentemente, los científicos descubrieron que el cuerpo humano produce sus propios cannabinoides, denominados endocannabinoides, que se unen a receptores especializados: CB1 y CB2. A medida que avanzaba la tecnología, la complejidad del ECS se reveló, mostrando una red profundamente involucrada en numerosas funciones corporales. Este cambio de paradigma en nuestra comprensión de la biología humana reveló el vasto potencial terapéutico de los cannabinoides, remodelando las perspectivas sobre la salud y el bienestar. Sin embargo, hacer realidad este potencial depende de ampliar la educación y crear conciencia. En los próximos tres artículos, aprenderemos cómo biohackear nuestro camino hacia una mejor salud con cannabinoides y ECS. Esta es una gran oportunidad para descubrir cómo los cannabinoides pueden revolucionar su viaje de salud y bienestar. Asegúrate de seguirlo.

Referencias

    Bie, B., Wu, J., Foss, JF,

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